Una “solución” parcial y de compromiso
De manera paralela a la normativa europea, determinadas Comunidades Autónomas aprobaron medidas para favorecer la alimentación de aves necrófagas ya desde el principio de la crisis: La Rioja y la Generalitat Valenciana en 2001 (Valencia la acaba de modificar en 2008), Navarra (2001 y 2006 , Andalucía (2004), Castilla la Mancha (2006) y Aragón (2005), estando aún pendiente la de Murcia (2008). En todas, salvo Valencia en 2008 y Murcia, la legislación se ha basado en el RD 1098/2002 sin que por el momento se hayan adaptado al RD 664/2007. En cualquier caso las distintas normativas se han aplicado de forma diferente en cada territorio. Incluso no ha hecho falta normativa específica para que se establecieran medidas adecuadas, aunque no suficientes, para la conservación de las carroñeras (Castilla y León por ejemplo).
Ha habido casos, donde la gestión de los puntos de alimentación por parte de la administración ha sido nefasta, promocionando los megamuladares gestionados por empresas. Estos comederos gigantes no son nada recomendables ya que las concentraciones masivas que se producen aumentan el riesgo de contagio de enfermedades propias de las aves entre los diferentes buitres y, además, aumentara el riesgo de episodios de mortalidad debido al efecto de residuos de medicamentos veterinarios y productos zoosanitarios.
Un modelo basado en pocos puntos de alimentación de grandes dimensiones obliga a los buitres a hacer grandes desplazamientos, esto implica: electrocuciones, envenenamientos, colisiones con aerogeneradores...
En los grandes comederos las aves de porte pequeño y menos gregarias, como el alimoche y los milanos, tienen pocas posibilidades de alimentarse. En el caso del quebrantahuesos, especie solitaria y territorial, puede provocar que abandone su área de nidificación aumentando los riesgos antes indicados.
Las consecuencias de una normativa no revisada
- La falta de recursos alimentarios ha sido nefasta para nuestros buitres, contabilizándose en la mayoría de poblaciones un descenso generalizado de efectivos y de éxito reproductivo.
-La falta de alimento ha provocado que los buitres tengan que desplazarse más para buscar comida y que aprovechen recursos antes no explotados, una consecuencia es el incremento de los casos de muerte por atropello al intentar comer de animales muertos en carreteras
- El hambre hace a los buitres más vulnerables al veneno, que desgraciadamente se sigue usando en muchos sitios de manera ilegal para matar córvidos, zorros o otros animales. Pese a que el veneno no está dirigido a los buitres. Un ejemplo son los buitres leonados, los cuales al pasar más hambre, aprovechan carroñas pequeñas que en condiciones normales no consumirían y visitan nuevas zonas más propensas al uso de venenos .