El buitre y el ganadero, una relación secular que no debe romperse.

Tradicionalmente los ganaderos y pastores han dejado sus animales muertos en el monte, donde eran rápidamente eliminados por las aves necrófagas; esta relación de amistad se ha forjado al largo de los siglos, favoreciendo a los dos partes. El ganadero se deshace del animal muerto de una forma fácil y económica y se asegura que no será foco de epidemias, el buitre recibe un aporte de alimento extra al que podría encontrar en el medio natural. A día de hoy los muladares explotados de forma tradicional son imprescindibles para nuestros buitres.
Y no solo son los buitres los beneficiarios de los muladares, también el milano negro, el milano real, el águila real y el águila imperial ibérica se alimentan en ellos, consiguiendo así un aporte extra a su alimentación.

El origen del problema
El desencadenante del problema es la aparición Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB en adelante), comúnmente conocido como “mal de las vacas locas”. El primer caso se detectó en 1986 en el Reino Unido y a partir de ahí se fueron multiplicando; hasta contabilizarse más de 100.000 en 1993. Las encefalopatías espongiformes son enfermedades neurodegenerativas, las hay características de diferentes especies y no siempre son transmisibles entre especies distintas. Son enfermedades de muy poca incidencia debido a su forma de transmisión: sólo se puede transmitir por ingestión de material contaminado o de la madre al feto. La causa de que en esta ocasión la enfermedad se haya comportado como una epidemia la tenemos que buscar en la alimentación con que eran alimentadas las vacas: piensos hechos de restos animales. Estos piensos eran obtenidos a partir de la incineración de reses muertas, pero estaba hecha a una temperatura insuficiente para provocar la destrucción de la proteina priónica desencadenante de la infección.
Durante los años 90 se fueron multiplicando los casos por Europa y además aparece la variante humana, causada por el consumo de bovino infectado. Para evitar que la enfermedad se extendiera la Unión Europea aprobó una normativa (RE 1774/2002), que entre otras medidas establecía como eliminar los subproductos ganaderos; aspecto que en la práctica significaba la eliminación de los animales muertos del campo y los muladares. El abandono de animales muertos y la existencia de muladares ya era una actividad ilegal, prohibida por la Ley de Epizootias de 1952, sin embargo esta ley rara vez se cumplía y los buitres seguían beneficiándose de los cadáveres abandonados por los ganaderos. Con la nueva normativa europea los ganaderos son obligados a retirar los cadáveres, con lo cual los buitres dejan de recibir este aporte.